LA INGRATITUD CON SALVADOR JORGE BLANCO
Domingo Carrasco
El silencio de la “izquierda revolucionaria” dominicana y sus atribuciones negativas como reacción ante la muerte del Dr. Salvador Jorge Blanco, presidente constitucional de la República Dominicana en el cuatrienio de 1982 a 1986, me ha parecido una perversa ingratitud ante los méritos patrióticos de un insigne demócrata liberal de grandes dimensiones, quien supo asumir grandes riesgos en la defensa, precisamente de muchos de esos “izquierdistas”.
El Dr. Salvador Jorge Blanco tuvo la gallardía de renunciar en 1963 al movimiento Unión Cívica Nacional en repudio al apoyo que esta organización política brindó al golpe de Estado perpetrado contra el Prof. Juan Emilio Bosch y Gaviño, presidente demócrata elegido en las primeras elecciones libre celebradas tras la caída de la tiranía que presidió el sátrapa Rafael Leónidas Trujillo Molina. El Prof. Bosch era a la sazón el líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Desde entonces el Dr. Salvador Jorge Blanco pasó a las filas del PRD y se integra a la lucha por la democracia, las libertades públicas y las reivindicaciones sociales del pueblo dominicano que esta organización ha desarrollado a lo largo de su historia.
Debemos recordar que el Dr. Salvador Jorge Blanco fue miembro del gabinete del gobierno constitucional que encabezó el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó durante la intervención militar norteamericana de1965. El Dr. Salvador Jorge Blanco desempeñó en aquella ocasión el cargo de Procurador General de la República.
Durante los 12 años de terror y muerte del gobierno presidido por el Dr. Joaquín Balaguer de 1966 a 1978, el Dr. Salvador Jorge Blanco se distinguió, entre otras cosas, por asumir de manera desinteresada, junto a un grupo de abogados progresistas, la defensa de aquellos dirigentes y militantes de izquierda sometidos a la “justicia” de la época de manera arbitraria y represiva por el régimen que vivíamos en aquellos momentos.
Tras la derrota del Dr. Joaquín Balaguer en las elecciones de 1978, a cargo del candidato del PRD Silvestre Antonio Guzmán Fernández, el Dr. Salvador Jorge Blanco, que había sido elegido en estas elecciones como senador de la república por el Distrito Nacional, jugó un papel estelar por el restablecimiento del orden democrático y de derecho en el país. El Dr. Salvador Jorge Blanco fue el autor de importantes iniciativas legislativa que garantizaron las libertades públicas, como son el proyecto que diό lugar a la Ley de amnistía de los presos políticos y el regreso de los exiliados, que trajeron gran paz a la familia dominicana, lo mismo que la ley que derogaba las leyes anticomunistas, lo que garantizaba el libre ejercicio político de las organizaciones izquierda, inclusive de esos “izquierdistas” que tanto han maltratado a Jorge Blanco. Para ese entonces fue eliminada de los pasaportes dominicano una coletilla trujista que prohibía a sus portadores "viajar a los países de la órbita soviética”, lo cual se logra también con el apoyo del Jorge Blanco. En su presidencia eliminó de los cuarteles militares y policiales unos letreros que abundaban en sus paredes con consignas que azuzaban el odio contra los comunistas. Estos letreros fueron sustituidos por otros que decían “las armas son para defender, no para ofender” y cosas así por el estilo.
Todos estos méritos le ganaron al Dr. Salvador Jorge Blanco gran popularidad, al punto que le hicieron merecedor para el cargo de presidente de la republica, a lo cual fue elegido como candidato del PRD para el cuatrienio de 1982 a 1986.
Al asumir la presidencia de la república el Dr. Salvador Jorge Blanco sometió importantes iniciativas legislativas que estaban destinadas a la modernización y afianzamiento de la democracia dominicana. Estas iniciativas, entre las que destaca la creación del Tribunal de Garantías Constitucionales, no prosperaron, producto de las luchas internas de facciones liberales y conservadoras en el PRD.
Ajustes económicos ejecutados por su gobierno ante presiones del Fondo Monetario Internacional le ganaron mucha impopularidad por acudir a la represión de manifestaciones s violentas prohijadas, según el PRD, por la oposición derechista tras la figura del Dr. Joaquín Balaguer en abril de 1984.
A pesar de estas dificultades se le atribuye la modernización de la economía dominicana, la democratización del crédito bancario, que beneficio a mediano y pequeños productores y el ordenamiento y democratización de las aduanas, que igualó el arancel para todos; ante de esto, existía un arancel para los exportadores hegemónicos y otro para cualquier otro ciudadano que osara importar una mercancía que pudiera competir con los poderosos.
Al dejar el poder, el Dr. Salvador Jorge Blanco es acusado, condenado y reducido a prisión por una conspiración contra el PRD prohijada por su sustituto en la presidencia de la republica, el Dr. Joaquín Balaguer, para garantizar su permanencia en el poder, lo cual logró por otros 10 años más. Antes de morir el propio Dr. Balaguer reconoció públicamente la injusticia cometida contra el presidente Jorge Blanco.
Si alguna falla se le ha de endilgar a Salvador es una falla muy humana, se trata de su debilidad y huida frente a la persecución de que fue víctima cuando dejar la presidencia de la república, razón por la cual muchas personas no le conceden crédito a este personaje. Como psicólogo y como evolucionista que soy entiendo la actitud asumida por salvador. Además no la valoro moralmente, como hicieron sus amigos de la iglesia, quienes lo abandonaron en aquellos momentos difíciles.
Creo que el balance entre las fortalezas y las debilidades, de este gran político que fue el Dr. Salvador Jorge Blanco, le es favorable. Por esto no puedo más que despedir con pena, por su perdida, y orgullo por sus aportes, a este dominicano patriota y demócrata a carta cabal.